Seguro que alguna vez te ha pasado: vas a comprar una crema, un sérum o un limpiador, lo giras para leer la etiqueta y aparece una lista interminable de palabras raras. Muchas parecen sacadas de un laboratorio de ciencia ficción. En ese momento es normal pensar: “¿de verdad necesito entender todo esto?”
La respuesta es sí y no. Sí, porque conocer un poco sobre el INCI (International Nomenclature of Cosmetic Ingredients) te da poder para elegir con criterio lo que aplicas sobre tu piel. Y no, porque no hace falta que te conviertas en química para descifrarlo.
Como experta en formulación cosmética, quiero guiarte paso a paso para que el INCI deje de intimidarte y se convierta en un mapa que te cuente la historia de tu producto favorito.
¿Qué es el INCI en cosmética?
El INCI es la nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos. Es un sistema estandarizado que se utiliza en todo el mundo para listar los componentes de un cosmético, independientemente del país donde lo compres.
Gracias al INCI puedes identificar:
- Qué activos contiene tu crema o sérum.
- Si incluye perfumes, conservantes o colorantes.
- En qué orden y cantidad aproximada están presentes los ingredientes.
En otras palabras: leer el INCI es como leer la receta de tu cosmético.
El orden de los ingredientes en el INCI importa (y mucho más de lo que imaginas)
En un INCI los ingredientes aparecen de mayor a menor concentración. Es decir, lo que está primero es lo que más cantidad tiene la fórmula.
- Primeros puestos: suelen ser la “base” del producto. Ejemplo: Aqua (agua), aceites o alcoholes grasos.
- Del medio hacia abajo: empiezan a aparecer activos específicos, extractos y otros componentes funcionales.
- A partir del 1%: los ingredientes pueden colocarse en cualquier orden, incluso al final, aunque sean muy potentes.
Esto quiere decir que si ves tu activo favorito —retinol, ácido hialurónico, péptidos— en las últimas posiciones, no significa que el producto “no tenga nada”. Al contrario: esos activos funcionan en concentraciones bajitas, muchas veces menores al 1%, y aun así tienen un gran impacto en la piel.
💡 Tip Vicorva: Si buscas un producto hidratante, revisa que aparezcan pronto palabras como Aqua, Glycerin o aceites vegetales. Pero si tu objetivo es un ingrediente concreto (como vitamina C o niacinamida), no te preocupes si está más abajo. En cosmética, más no siempre es mejor: importa la concentración adecuada y cómo se combina con otros activos.
El latín y el inglés serán tus mejores amigos en las etiquetas cosméticas
¿Por qué ese idioma tan raro en la etiqueta? Porque el INCI se rige por normas internacionales:
- Latín: se utiliza para plantas y extractos naturales. Ejemplos: Aloe Barbadensis Leaf Juice (zumo de aloe vera), Prunus Amygdalus Dulcis Oil (aceite de almendras dulces).
- Inglés o nombres químicos: para moléculas, minerales o compuestos. Ejemplos: Glycerin, Niacinamide, Sodium Hyaluronate.
Así, aunque compres un producto en Corea, Francia o Estados Unidos, el nombre de los ingredientes será el mismo y podrás reconocerlo.
👉 Consejo profesional: cuando encuentres un nombre extraño que parece impronunciable, lo más probable es que sea un derivado químico que ayuda a dar textura, mejorar la conservación o potenciar la eficacia.
Si quieres ir más allá, en la base de datos oficial CosIng (de la Unión Europea) puedes buscar cualquier nombre INCI y ver qué función cumple en una fórmula. Es como un diccionario cosmético de confianza.
¿Qué lleva realmente una fórmula? Ingredientes activos, conservantes y perfumes en cosmética
Piensa en un cosmético como un cóctel cuidadosamente diseñado: cada ingrediente tiene un rol concreto, aunque no todos sean protagonistas.
- La base o vehículos: son los que dan cuerpo al producto y permiten que los activos se repartan de forma homogénea. Aquí entran agua, aceites, mantecas o alcoholes grasos.
- Los activos estrella: son los que aportan beneficios visibles en tu piel: hidratar, iluminar, suavizar arrugas, controlar el sebo… Ejemplos: ácido hialurónico, vitamina C, niacinamida, retinol.
- Los conservantes: los guardianes de la fórmula. Evitan que crezcan bacterias, hongos o moho en tu crema (algo que sería muy peligroso). Ejemplos: Phenoxyethanol, Potassium Sorbate.
- Perfumes y colorantes: añaden una parte sensorial. No cambian tu piel, pero mejoran la experiencia de uso. En el INCI suelen aparecer como Parfum o CI seguido de un número.
💡 Tip Vicorva: Si vas a comprar un cosmético por un ingrediente específico, no te fíes solo de lo que dice en grande en la caja (“con ácido hialurónico” o “con vitamina C”). Dale la vuelta y comprueba que realmente aparezca en el INCI.
Conservantes en cosmética, ¿amigos o enemigos?
Este es uno de los mitos más extendidos en cosmética. Muchas veces habrás escuchado frases como “mejor si no lleva conservantes”. Pero la realidad es otra:
Si un producto contiene agua, aceites y extractos vegetales, se convierte en un terreno perfecto para que proliferen microorganismos. Y tú no quieres aplicar bacterias o moho en tu piel, ¿verdad?
Ahí entran los conservantes: su misión es proteger el cosmético para que se mantenga seguro, estable y eficaz hasta el final de su vida útil.
💡 Tip Vicorva: desconfía de los productos que presumen de “sin conservantes” si contienen agua. Eso sí puede ser un verdadero riesgo, porque sin un sistema de conservación adecuado, la fórmula se estropeará rápidamente y podría causar problemas en tu piel.
El INCI no es un jeroglífico imposible, sino una especie de mapa que te cuenta la historia de tu cosmético: quién es la base, quiénes son los protagonistas y qué hace cada ingrediente para que la fórmula funcione.
Con un poco de práctica, y los tips que acabas de leer, empezarás a reconocer palabras y a entender mejor lo que estás aplicando en tu piel. Y cuando tengas dudas, recuerda: no necesitas descifrarlo todo, basta con identificar lo importante.
En Cosmética Vicorva creemos que la transparencia también es belleza. Por eso te animamos a mirar siempre la lista de ingredientes… y sentirte segura sabiendo qué hay detrás de cada fórmula.
Autora: Estrella Martínez. (Licenciada en Farmacia e Industria Cosmética con experiencia técnica en Regulatory)